Madrid (EFE) – El Real Madrid salió reforzado del clásico del Camp Nou, trasladando su crisis de resultados al Barcelona gracias a un triunfo en un día señalado, en el que la plantilla demostró su implicación con Zinedine Zidane ante la crítica, se impuso la figura de Fede Valverde como jugador más acorde al fútbol físico actual y se expandió la leyenda de Sergio Ramos como gran referente.
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FE CIEGA EN ZIDANE
En momentos en los que la figura del técnico francés se situaba en el centro de la diana de la crítica, dejando en el olvido grandes gestas del pasado, como tres Ligas de Campeones consecutivas, y del presente, restando valor a la Liga conquistada hace tres meses, la plantilla del Real Madrid mostró una máxima implicación con su entrenador.
Su mensaje sigue calando y volvieron a mostrar que no hay otro gestor de grupo mejor que Zizou. El Camp Nou es su estadio preferido. Firmó su tercer triunfo en su sexta visita. El resto fueron empates. Le tiene tomada la medida a la casa del eterno enemigo. De su primer pulso táctico con Ronald Koeman salió vencedor gracias al músculo en el centro del campo.
Superioridad física de tres medios del Real Madrid ante el doble pivote barcelonista. Nunca quiso a su equipo parapetado y apostó por la valentía con un equipo vertical, una línea de presión alta, con buena lectura ofensiva para hacer más daño que su rival cuando pisó área pese a la falta de pegada de su plantilla. Buena lectura del partido con sus cambios que terminaron de desequilibrar la balanza. Zidane salió reforzado.
VALVERDE Y EL FÚTBOL ACTUAL
En ese estilo tan dinámico en el que se impone el físico, no falto de calidad, que manda en el panorama futbolístico europeo y al que los equipos españoles no han sabido aún adaptarse, hay un centrocampista que responde a la perfección al nuevo patrón. Es Fede Valverde y lo exhibió en el Camp Nou.
Se convirtió en el primer uruguayo que marca para el Real Madrid en un clásico. Su gol le define. La zancada con la que tira hacia arriba para presionar o aprovechar un espacio creado gracias al arrastre en el desmarque de Marco Asensio.
El pase perfecto al hueco de Zidane y la definición en carrera, poniendo la pausa necesaria a la hora del golpeo de Fede, para colocar el balón cruzado inalcanzable para Neto. Su gran gol, que rompió el partido de inicio, fue lo menos de un recital físico.
Recupera su versión de futbolista imprescindible para el Real Madrid por la frescura que aporta, la labor de desgaste, la máxima entrega que provocó que tuviese que ser sustituido con mareos y la vista borrosa. Para Valverde no se negocia el esfuerzo.
LA FIGURA DE RAMOS
Hizo justicia al calificativo ‘rey del clásico’ el día que alcanzaba 45 en total. Desde el centro de la defensa es el líder del Real Madrid, su referente, el futbolista que hace mejores a sus compañeros y les muestra el camino de la entrega.
Porque el equipo de Zidane demostró que su bajón es cuestión de actitud y motivación. La que faltó ante rivales que consideraron menores como Cádiz y Shakhtar, sobró en el Camp Nou donde regresó Ramos para cambiar la dinámica de una defensa que abandonó sus responsabilidades los dos últimos encuentros.
El conjunto madridista se mantuvo en pie ante la fuerza ofensiva de Jordi Alba en el carril izquierdo y los mejores minutos de Leo Messi en el primer acto. Con Thibaut Courtois, como no, acudiendo a su habitual cita con una parada salvadora.
Exhibió liderazgo el capitán madridista para acabar sacando provecho de su fuerza en las acciones a balón parado. Avisó en el primer acto, cuando ya fue agarrado por Lenglet, y ganó la posición en el segundo para ser víctima del penalti que cambio el rumbo del partido. No le tiembla el pulso nunca en el lanzamiento, el vigésimo tercero consecutivo que manda a la red con una eficacia digna del mejor goleador.
EL REFUERZO DE LUCAS VÁZQUEZ
Las malas dinámicas hacen peores a jugadores de los que la afición puede estar cansada por los años que llevan en el club. Es el caso de Lucas Vázquez, que no despierta la ilusión en el madridismo que provocaría cualquier fichaje, pero que se reivindicó en el Camp Nou brillando como lateral derecho para solucionar un problemón a Zidane.
Con los dos laterales diestros puros lesionados, el ‘comodín’ Nacho también quedó fuera de combate en pleno partido por una molestia muscular. El técnico pudo cambiar de banda a Mendy, como en Liga de Campeones, y meter a Marcelo en la izquierda pero confío en Lucas que aprovechó la oportunidad para demostrar las razones por las que se mantiene en la plantilla.
Un Real Madrid sin fichajes gana un jugador al que muchos daban por perdido, que acepta su rol y que sale a dar todo lo que tiene cuando recibe minutos. Frente al Barcelona cortó la sangría que sufría el equipo en la derecha con las subidas de Alba y aportó buena salida de balón siempre.