A sus 40 años, el sueco Zlatan Ibrahimovic se resiste a decir adiós al fútbol profesional. Incluso se atrevió a jugar un semestre con la rodilla izquierda hecha pedazos.
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Pese a ello, como jugador del Milán completó un total de 1007 minutos en los 23 partidos que saltó al terreno de juego.
Sin conocer que padecía un tremendo problema físico, la prensa le llegó a señalar su falta de profesionalismo por casi no entrenar al parejo de sus compañeros. No obstante, detrás de lo que parecía una indisciplina se escondía una razón de peso para que el delantero dosificara su físico.
Una vez concluida la temporada en la que su equipo logró el título, Ibrahimovic mostró lo complicado que le resultaba saltar a la cancha con el ligamento destrozado.
“Durante los últimos 6 meses he jugado sin ligamento cruzado anterior en mi rodilla izquierda. Mi rodilla ha estado hinchada durante 6 meses. Solo he podido entrenar con el equipo 10 veces en los últimos 6 meses. Me han puesto más de 20 inyecciones en 6 meses”, señaló.
Y es que al ariete sueco literalmente le tenían que vaciar el liquido acumulado en su rodilla que permanentemente le producía inflamación y un insoportable dolor.
Mediante un video compartido en sus redes sociales, Ibrahimovic les mostró a sus fans la manera en que el médico de su equipo le introducía una gran jeriga en la rodilla para retirarle un amarillento liquido, pues solo así le era posible mantenerse en pie.
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Por fortuna, Zlatan ya fue operado y se estima que pueda volver a entrenar hasta el próximo año, pues Paolo Maldini, en su calidad de directivo, ha expresado que el futbolista seguirá jugando el próximo año en la institución.