La crisis financiera provocada por el coronavirus Covid-19 en algunos clubes de la Liga MX plantea en primera instancia la eliminación de los 240 millones de pesos que se le impondría a los tres equipos que concluyan el torneo en los últimos lugares de la clasificación.
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Ante la imposibilidad de que el público asista a los estadios de fútbol como una medida de prevención para frenar el aumento de personas contagiadas de coronavirus, varios clubes del máximo circuito se han quedado sin gran parte del sustento que les brinda la venta de boletos, bebidas y alimentos, en sus inmuebles deportivos.
Aunado a esto, algunas televisoras dueñas de los derechos de transmisión de los equipos considerados chicos están planteando reducir la cantidad de dinero que les pagan debido al bajo rating que registran los partidos de fútbol.
Bajo este escenario, los clubes que actualmente ocupan los últimos lugares de la clasificación general en la Liga MX han solicitado a los directivos de esta su apoyo para poder subsistir y la opción plantada es la desaparición de los 120 millones de pesos que pactaron cobrarle al club que terminara en el último lugar general, así como los 70 millones de pesos de castigo al penúltimo equipo de la tabla y los 50 millones de pesos al antepenúltimo conjunto del torneo.
Previamente se había acordado de que dicha cantidad de dinero sería destinada para mantener y mejorar la Liga de Expansión, pues sus equipos no tienen derecho de ascender durante los próximos cinco años. Sin embargo, la historia podría dar un giro, ya que al no haber penalidad para los peores equipos de la Liga MX, los clubes de Ascenso han solicitado su derecho para competir en la máxima categoría del balompié mexicano, esto en caso de cerrar el torneo en los tres primeros sitios de su división.
Es de llamar la atención de que, con la llegada del invierno a México, se podría extender y agudizar la pandemia de coronavirus con efectos devastadores para su ya tan castigada economía, algo que ni el fútbol profesional podría resistir en caso de no ajustar las finanzas de su liga, así como las de sus clubes agremiados.
