Barcelona (EFE) .- Un gol de Casemiro, aprovechando una gran asistencia de tacón de Karim Benzema, bastó para que el Real Madrid derrotara 1-0 al Espanyol, en el RCDE Stadium y, a falta de seis jornadas en LaLiga, el conjunto “Merengue” es líder general con dos puntos de ventaja sobre el Barcelona, su más cercano perseguidor.
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Una individualidad que amargó el debut de Francisco Rufete en el banquillo blanquiazul. Su equipo compitió, pero no lo suficiente para asustar al líder, que sigue sin ceder puntos desde la reanudación del campeonato tras el parón por el coronavirus.
El primer tiempo fue un monólogo sin ritmo del equipo blanco, muy superior con el balón aunque falto de profundidad en ataque. Sin Vinicius, suplente, Isco y Hazard jugaron por dentro y su equipo desequilibró poco por las bandas.
En el Espanyol, Rufete, consciente de la superioridad del rival, lo apostó todo al contraataque. La gran novedad, además de la primera titularidad de Raúl de Tomás tras el parón por el coronavirus, fue la posición de Wu Lei, que jugó enganchado a la banda derecha.
Suya fue la primera llegada del equipo blanquiazul. Ganó la espalda a Ramos y centró al área, donde Darder se topó con un providencial Carvajal.
Fue un aviso tempranero que despertó al Real Madrid. A falta de profundidad, Casemiro se erigió en el jugador más peligroso en la parcela ofensiva. Lo probó primero con un zapatazo desde su propio campo que Diego López, avanzado, desvió ‘in-extremis’ y, poco después, conectó un balazo que Ramos remató desviado con la testa.
Esperaba el Real Madrid su momento ante un rival bien colocado que obligó a lucirse a Courtois con una falta lateral botada por Marc Roca.
Fue la ocasión más clara del cuadro periquito que veía como, poco a poco, Benzema iba entrando al partido. Avisó el francés, después de la pausa de hidratación, con una rosca que Diego López rechazó, de nuevo, con la manopla.
Poco pudo hacer el portero gallego en el primer tanto del encuentro poco antes del descanso. Colgó el balón el conjunto blanco, el delantero galo maniobró dentro del área y, con su sutileza habitual, se inventó un taconazo que Casemiro remató a puerta vacía para abrir la lata (0-1).
El Espanyol compitió en el primer tiempo, pero no lo suficiente para neutralizar a Benzema, cuya magia fue la nota positiva para los visitantes en un primer tiempo algo discreto de los de Zidane.
Gol psicológico que dejó algo tocados a los locales, que no solo podían discutirle la posesión a su rival, sino que ya no asustaban al contraataque.
Entraron Pedrosa y Melendo para activar a un Espanyol muy cansando persiguiendo el balón, que solo se acercó con una falta lejana de Raúl de Tomás que rechazó Courtois sin demasiados problemas.
El Real Madrid, en cambio, no necesitaba apretar el acelerador, confiado, quizá, de que el segundo tanto llegaría tarde o temprano. Pero no llegó. La entrada al césped de Vinicius y Rodrygo no cambiaron el ritmo del encuentro.
Los visitantes no generaban peligro, pero tampoco sufrían. Se defendieron con el balón en un segundo tiempo más propio de una pretemporada.
Con el encuentro todavía abierto, el Espanyol buscó sus escasas opciones a balón parado. En éstas, Calleri tuvo cerca el gol. Se quedó a pocos centímetros de rematar con la testa una falta lateral. El argentino gozó de la última ocasión, a la desesperada, pero la zaga blanca, muy sólida, evitó el susto.
Fueron los únicos momentos en el que el Espanyol estuvo cerca de animar un encuentro en el que el Real Madrid de Benzema dio un paso valioso en la pugna por el título a falta de seis jornadas. El hechizo del delantero francés deja al Espanyol a un paso del descenso.
Agencia EFE