En el Reino Unido ya no es bien visto el ruso Roman Abramovich, quien en 2003 adquirió al Club Chelsea y cuyo poder económico le devolvió la etiqueta de protagonista no solo en la Premier League, sino de todo Europa.
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La cercana amistad que el magnate cultiva con Vladímir Putin, presidente de Rusia, no solo le ha cerrado la mayoría de las puertas en el mundo, sino que podría llevarlo a la ruina.
Y es que desde que inició la invasión del ejército ruso en Ucrania, a Abramovich, como a varios de los hombres más ricos ligados al Kremlin, le fueron congeladas sus cuentas bancarias por considerarlos fieles al plan ruso.
La imposibilidad de manejar a sus empresas, incluidas al Club Chelsea, ahora obligan a Roman Abramovich a vender a este último.
En este sentido, diversas voces apuntan que durante la segunda quincena de abril el gobierno encabezado por Boris Johsnon brindará todas las facilidades para que un grupo de inversionistas adquieran a los “Blues”, lo que representa un duro golpe en el animo de su actual propietario.
? ¡Los Blues, de gira por ??!
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— Chelsea FC en español (@ChelseaFC_Sp) March 27, 2022
Sin embargo, otra mala noticia para Abramovich es que recientemente fue dado a conocer que alguien trató de envenenarlo, pues está interesado en dejarlo fuera de su papel como mediador entre Rusia y Ucrania para llegar a un acuerdo que ponga fin a su conflicto bélico.
Después de una reunión en la capital ucraniana este mes, el multimillonario junto a otros dos altos funcionarios del equipo negociador ucraniano presentaron síntomas de ojos enrojecidos y llorosos, así como descamación de la cara y las manos, algo que para The Wall Street Journal representa un intento de envenenamiento.