Pep Guardiola tuvo en sus manos la oportunidad de saldar la cuenta pendiente con el Manchester City para finalmente, coronarlo como el “Rey de Europa” ante el Chelsea en la gran final de la Liga de Campeones ante los ojos de 16,500 aficionados en el Estadio do Dragao.
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El cuadro inglés se instaló solidamente en esta instancia para partir como el gran favorito a llevarse la ‘Orejona’ a casa; no obstante, el planteamiento del estratega español no fue el adecuado para derrocar a una de las mejores defensivas en la competencia y, por ende, lo terminaría pagando caro durante los 90 minutos del partido.
Los ‘Blues’ jugaron a lo que mejor saben hacer: doblegar en oportunidades a sus rivales, y con la ausencia de un nueve nominal en el combinado de los Citizens, sería bien aprovechado por los hoy campeones del ‘viejo continente’ para contener las situaciones de peligro que pudieran ocasionar con Kevin De Bruyne, Riyad Mahrez y Raheem Sterling, quien fuera sustuido por Sergio ‘Kun’ Agüero durante el trayecto final.
La marca invicta del Manchester City con 11 victorias y solo un empate, y la consecución de una Premier League más en las vitrinas del Etihad Stadium, daban muestra de que este era el momento perfecto para que los millones invertidos a largo de los últimos años, fueran redituados en la prueba de la verdad, donde para su mala fortuna, el equipo se vio endeble de principio a fin dando pie a la decepción más grande de su carrera como técnico.
Dos ‘Champions’ (2009 y 2011) alzadas como estratega y una más como jugador del Barcelona en 1992, pondrían a Guardiola a un paso de la historia del torneo entre los dirigentes que acumulan tres ‘Orejonas’ en su palmarés: Bob Paisley, Carlo Ancelotti y Zinedine Zidane, pero de haber sido así, esta sería la que tendría mejor sabor de todas para Pep.
“Hay equipos maravillosos que la han ganado cuatro o cinco veces en esta competición. Para nosotros es muy difícil. Hemos llegado aquí y pocos reproches tengo. Era nuestra primera vez. No han tenido más juego. Hemos tenido problemas con las pérdidas y todo eso dice mucho de como lo hemos hecho”, señaló en conferencia de prensa.
31 títulos en apenas 13 años de estar al mando de un banquillo, reflejan a Pep como uno de los mejores estrategas de la historia y su gran capacidad para forjar equipos competitivos, argumento que para muchos no resulta muy convincente tras no haber podido lograr su cometido con el Bayern Múnich ni hoy con el Manchester City.
“Competimos muy bien en nuestra primera vez aquí. Ahora debemos prepararnos para volver“, así sellaría Guardiola, quien hoy, sigue teniendo una cuenta pendiente con la afición y la institución, que ya lo esperaban en los pasillos de sus instalaciones para enaltecer su legado.