La pasión que genera Leo Messi fe puesta de manifiesto sin disimulo en el King Abdullah Sports City, donde el Barcelona y el Atlético Madrid estaban citados en la puja por la Supercopa.
Pancartas con la imagen del astro argentino eran evidentes en la grada de un recinto con más aficionados que la víspera, en la otra semifinal, entre el Valencia y el Real Madrid.
Un espontáneo saltó al campo y se abraza al delantero argentino en los últimos minutos del partido
Pasión por Messi, casi lleno y pitos a Valverde
Las gradas pobladas, casi lleno. El Barcelona generó entusiasmo entre el público, más entusiasta que el miércoles. Pero era especialmente ruidoso cuando Messi tenía el balón.
Lo de Messi fue otra cosa. Es el referente. De vez en cuando y sin motivo alguno, sin que fuera suyo el balón, la grada coreaba su nombre. Se encendía cuando la pelota era suya. Más aún.
Llamó la atención la indignación que abordó al público cuando el argentino fue trabado por Saúl. Protestó y abucheó a su adversario. Celebró a continuación la recuperación del diez y su regreso al partido.
Lo sorprendente llegó de megafonía, con el anuncio de las alineaciones. Cada futbolista fue ovacionado. Es una fiesta, hasta llegar al técnico Ernesto Valverde. Su nombre fue recibido con una significativa pitada sin motivo aparente.
La respuesta de la afición sí coincidió esta vez con las previsiones de la Federación Española, que días atrás anunció que las entradas para esta semifinal estaban vendidas. Tal cual. Hubo lleno. No fue lo mismo en el partido anterior, con un aspecto desangelado y los fondos medio vacíos en el estadio.
Es festivo en Arabia Saudí. El jueves es como un domingo en España. La vida es más nocturna que diurna. Vacaciones, buen tiempo y colegios cerrados. Las carreteras, por la noche, se llenan de coches. Un punto a favor para que las familias y la afición acudieran al fútbol.