Año tras año buscamos en los veranos el famoso culebrón. En el fútbol, el hablar de culebrón es sinónimo de novela que a veces pasa de interesante a aburrida y leonina.
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Han sido muchos los veranos en los que la constante fue hacernos eco de los últimos rumores y lo que se llega a filtrar desde los escritorios.
Este verano pinta para ser de gran expectativa, pero con la bendición de que debido a las posposiciones por la Pandemia tendremos mucha actividad en cancha y más allá de lo más importante que será saber el futuro de Messi, todo lo demás tendrá que ver con goles y jugadas.
Esto es más que saludable y promete un verano que entre Eurocopa, Copa America, Copa Oro y fútbol Olimpico nos mantendrá al filo de la butaca.
Es por eso que al confirmarse el fin de semana que Neymar se quedará en el PSG hasta el 2026, no me quedó otra que agradecerle al crack brasileño por evitarnos tan inútil distracción en un verano que promete emociones.
Era lo obvio, lo más viable, el destino inequívoco después de que mucho se habló de su regreso al Barcelona. El PSG es el
único equipo que le puede pagar los 30 millones al año que percibe y solo al más iluso se le ocurrió que un club prácticamente quebrado como el Barcelona podía juntar a Messi y Neymar de nuevo.
Será el último gran contrato en Europa de un jugadorazo que lamentablemente quedó a deber si tenemos en cuenta que llegaba como el HEREDERO de Messi y Cristiano y que aún ni siquiera tiene Balón de Oro. Además da la impresión de que el PSG asume que perderá a MBappe y aún espera que sus millones seduzcan a Messi.
A rendir al más alto nivel y buscar hacer la tarea aún pendiente de ganar la Champions con el PSG y que bueno que hizo lo más sensato para él y para todos los que queremos llenarnos de fútbol sin distracciones este verano.