En el fútbol y el deporte en general hay partidos que todos queremos ver. Independientemente de que sea amistoso o por puntos, el vivir clásicas rivalidades siempre nos deja algo y son aquellos partidos que marcamos en el calendario y que no nos perdonamos perdérnoslos.
Está claro que uno de ellos definitivamente a nivel de selecciones, es el para muchos Clásico del mundo entre Brasil y Argentina.
- Ganó el romanticismo con la llegada de Cristiano Ronaldo al United
- Cristiano Ronaldo Sociedad Anónima
- El Parque de los Príncipes ya tiene Rey con la llegada de Messi
- El innecesario título de Lionel Messi
Leer más de El Punto G del Deporte
Ese enfrentamiento que vimos recientemente en final de Copa America en el Maracaná y que le dio el primer título a Messi con la selección de mayores, se repetía el domingo anterior por Eliminatorias mundialistas.
Aunque no creo que significaba una revancha para Brasil, si saboreábamos lo que sería otra vez ver frente a frente a los ahora compañeros de equipo Messi y Neymar.
Arrancó la jornada dominical (segunda de la triple fecha de Conmebol camino a Qatar) y cuando apenas empezamos a darnos los primeros minutos de ese banquete futbolístico, emisarios del departamento de salud brasileño ingresaron al campo de juego e hicieron suspender el partido debido a los cuatro futbolistas argentinos que militan en equipos ingleses que estaban en plantilla, y hasta ahí llegó la fiesta.
Desilusionante y vergonzoso a la vez el ver este espectáculo de quinta en un partido de tanta alcurnia. Show circense y de los baratos que se pudo evitar dando la orden de ni siquiera iniciar el partido. Era claro que el llevar el desacato claro de un protocolo de salud anti COVID de un país a meterse en cancha y parar un partido de esa magnitud era un mensaje de poder y de guapería barata.
No era necesario, aunque la decisión fue la correcta de parte del gobierno brasileño y fue clara la mentira en declaración juramentada al entrar al país de los jugadores de la Premier League que dijeron no haber estado en los últimos 14 días en Inglaterra, se pudo hacer de diferente manera.
Eso si, si tuviéramos que buscar un culpable sería Argentina por ignorar los protocolos y pretender estar por encima de los mandatos de un país.
Estamos aún en pandemia, los protocolos son para todos y ni partido, ni futbolistas ni nadie está al margen, pero algo tan serio se convirtió en un circo de poca monta al aplicarlo como en película de vaqueros.