Getafe (Madrid), 30 sep (EFE).- Si el delantero colombiano Juan Camilo “Cucho” Hernández guarda similitudes con alguien no es otro que con el argentino Sergio “Kun” Agüero, un futbolista al que admira y al que intenta imitar con mayor o menor éxito en cada partido.
En la última jornada de LaLiga, el “Cucho” salió bendecido del Coliseum Alfonso Pérez tras firmar un recital que abrió el camino de la victoria a su equipo. Ganó 3-0, con un doblete de Ángel y otro tanto de Marc Cucurella. Casi todos los focos apuntaron a ellos, pero el “Cucho” tuvo su presencia después de flotar sobre el césped imitando a su ídolo.
Desde la lejanía, la figura del “Cucho” era de un parecido asombroso con la de Agüero. Sus movimientos, casi clavados. Y, frente al Betis, los utilizó muy bien para acabar con el sistema montado por el técnico chileno Manuel Pellegrini. Sin duda, se puso el traje del ariete del Manchester City para asombro de muchos.
Lo hizo con una diferencia: cumplió con la otra exigencia de José Bordalás. El esfuerzo físico es innegociable en el equipo del entrenador del Getafe y el “Cucho” no dejó dentro de su cuerpo ni una gota de sudor hasta que fue sustituido en la segunda parte.
Hasta el minuto 62, cuando salió del campo por Jaime Mata, exhibió todas sus virtudes. Abrió huecos a derecha e izquierda para dar espacios a Ángel, movió la pelota con velocidad, la aguantó con fortaleza en múltiples ocasiones y, sobre todo, asistió a sus compañeros.
Su primer gran gesto lo tuvo en el primer gol del Getafe. De espaldas, con un ojo prácticamente en el cuello, vio a Allan Nyom para cederle un balón con la cabeza procedente de un centro de Cucurella desde la banda izquierda. Con sutileza, cabeceó hacia su compañero, que asistió a Ángel en su gran tanto de chilena.
A los pocos minutos, con un gran movimiento desde la zona derecha, abrió el campo para ceder la pelota a Cucurella, que marcó el segundo con un tremendo disparo desde fuera del área. Y, para acabar su exhibición, dirigió con maestría un contragolpe que acabó con una asistencia a Ángel que sirvió para cerrar el marcador.
Esas acciones protagonizadas por el “Cucho” fueron la prueba de que el Getafe tiene a un hombre capaz de aportar algo diferente a su clásico estilo de juego directo. La pausa que da el jugador colombiano es una novedad para el club madrileño, que se frota las manos con un diamante aún por pulir con unos mimbres demasiado suculentos que él trata de imitar.
“Puedo jugar en varias posiciones. Puedo hacerlo de punta uno o de punta dos. También puedo hacerlo de extremo, pero de punta es lo que más me gusta. Soy rápido, potente a pesar de la estatura tengo saltabilidad. Mi referencia siempre ha sido el Kun Agüero. Tengo muchos parecidos con él”, dijo en su presentación con el Huesca, su primer equipo en España.
Ahora, en el Getafe, con 21 años, ya ha enseñado la pata de lo que puede hacer. Titular con Bordalás en los tres primeros partidos, está en manos de uno de los entrenadores que más y mejor rendimiento saca a sus jugadores de toda la Liga. Quién sabe si en un futuro el “Cucho” pasa de ser el “Cucho” a convertirse en el pequeño Agüero. Tiene mucho tiempo por delante.
Juan José Lahuerta
(c) Agencia EFE