Sinisa Mihajlovic, técnico del Bologna, atraviesa por quizás el momento más difícil de su vida. Los primeros días de julio fue diagnosticado con leucemia, pese a ello no faltó al primer partido de su equipo con el Hellas Verona y fue ovacionado por los hinchas presentes en la cancha.
Su compromiso con el equipo lo demuestra a diario con llamadas vía Skype y siguiendo los entrenamientos por video. Mientras hace su tratamiento contra el cáncer, no deja a su equipo.
Durante la última jornada cuando perdían el partido 3-1 frente al Brescia, Mihajlovic llamó al equipo. Los criticó y los alentó. Tenían 45 minutos más para voltear el marcador adverso y lo lograron. Ganaron 4-3 y se llevaron los tres puntos. Fueron a celebrarlo con su entrenador que está internado y aislado por su tratamiento en el hospital Sant’Orsola.
La luz de la ventana del también exjugador, se iluminó, así como su rostro y su corazón. Cantaron juntos y demostraron agradecimiento y compasión, amor por la vida, amor por el fútbol.