A pesar de que Alemania es el cuarto país más afectado del mundo a causa del COVID-19 superando incluso a China en la cifra de muertos (1,017 hasta el momento) y contagiados (80 mil), la directiva del Bayern Múnich decidió romper el confinamiento en que se encontraban sus jugadores.
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Desde este lunes, la directiva del Bayern les ordenó a sus jugadores retomar sus sesiones de entrenamiento en grupos reducidos y de manera escalonada.
Con esta medida, el club germano es otro de los que desafían las reglas de la Organización Mundial de la Salud de mantenerse en resguardo por un periodo más largo de tiempo en tanto se logra frenar a la pandemia que azota al mundo.
© @Manuel_Neuer: “Una sensación muy extraña”
El #FCBayern realizó este lunes su primer entrenamiento en grupos reducidos:
➡ https://t.co/uP5DBINn3Z #MiaSanMia pic.twitter.com/3DOgdQP2lr— FC Bayern München Español (@FCBayernES) April 6, 2020
El jueves pasado, el FC Schalke fue el primer equipo que regresó a los entrenamientos en la cancha, con un formato reducido de jugadores a quienes se les pidió guardar distancia de metro y medio entre unos y otros.
Aunque recientemente Karl-Heinz Rummenigge, presidente del Consejo Directivo del FC Bayern, había señalado que el club tenía reservas suficientes de dinero para mantener el parón de actividades, la realidad demuestra que los intereses económicos en la Bundesliga están por encima de la integridad de los jugadores.
“Los ingresos de los clubes prácticamente bajaron a cero. Eso afecta también al FC Bayern. Solo tenemos la suerte de haber creado reservas en los últimos años y justo eso nos permite ser solidarios. Los hombros más suertes deben soportar más carga” señalaba hace días el directivo cuyas palabras parecen haber sido relegadas a segundo plano.