A partir de este viernes iniciará el juicio para conocer el destino de la jugadora de baloncesto estadounidense Brittney Griner, quien permanece en prisión preventiva desde febrero en Rusia acusada de tratar de ingresar al país con cartuchos de cigarrillo que contenían aceite de cannabis.
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Por el momento, el tribunal de Khimki extendió la detención de la estrella de la WNBA otros seis meses después y se lo hizo saber durante una audiencia celebrada a puerta cerrada.
Brittney acudió al tribunal esposada y bajo la custodia de un par de guardias como si se tratará de una criminal de máxima peligrosidad.
En algunas imágenes de video que circulan en redes sociales incluso se le observa asustada por el trato que le brinda el personal de seguridad.
Al respecto, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, reiteró que a la atleta estadounidense se le considera una persona que violó la ley, así deberá ser juzgada y no se le puede considerar rehén del sistema judicial ruso.
“No la podemos llamar rehén. Violó la ley rusa. Ahora la están persiguiendo penalmente. Está siendo procesada en virtud de la legislación rusa. No sólo en Rusia existen unas leyes tan severas en ese terreno. Hay muchos países a los que no se pueden traer drogas. Eso es perseguido por la ley. Y nosotros no podemos hacer nada”, indicó.
Bajo esta perspectiva, el proceso legal que determinará la presunta culpabilidad de Brittney Griner se llevará varias semanas, pero hasta que no exista un veredicto el gobierno estadounidense está imposibilitado para solicitar su repatriación o en su defecto un posible intercambio por algún prisionero ruso.
Sin embargo, menos del 1% de los acusados en casos penales rusos son absueltos e incluso cuando llegan a conseguirlo, corren el riesgo de que las autoridades anulen dicha resolución pues la legislación lo permite.
Así que es muy probable que la estancia de la estrella del equipo de Phoenix Mercury inevitablemente se prolongue.
Ahora bien, en caso de ser condena Brittney podría enfrentar 10 años de prisión.