Hace cinco años el venezolano Yoel “El Niño” Finol hizo historia para su país al conquistar en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro 2016 la primera medalla en el boxeo en 32 años.
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La medalla de bronce en el peso mosca –que meses después se transformó en plata por el dopaje del ruso Misha Aloian– trajo consigo un estatus de celebridad, pero también puso ante los ojos del mundo durante esas dos semanas detalles trágicos de su vida que seguramemnte volverán a revestirse durante su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Finol comenzó a practicar el deporte del boxeo apoyado por el esposo de su hermana, Edwin “El Inca” Valero, un invicto campeón mundial en la división superpluma y ligero que ganó sus 27 combates por la vía rápida gracias a un estilo agresivo y poder en sus puños, pero que también luchó con demonios personales como los vicios y alcohol.
Para muchos el entonces campeón venezolano era una “bomba de tiempo” debido a violentos incidentes fuera del ring. Y la tragedia tocó a las puertas cuando en abril de 2010 su hermana Jennifer fue asesinada por su cuñado y mentor que dos días después se suicidó en su celda tras confesar los hechos.
La tragedia impactó a Finol que para aquel entonces tenía 13 años, pero se sobrepuso al lamentable episodio familiar y lo usó como motivación para perseguir una carrera dentro de los cuadriláteros.
“Esas son cosas que pueden pasar en la vida”, dijo Finol en aquel entonces con 19 años sobre la lamentable pérdida de su hermana. “Fue muy triste porque perdí a mi hermana, pero han pasado seis años y esas son cosas que superaste. Lo perdoné (a Valero) y ahora estoy bien”.
Finol coronó parte de sus sueños con una brillante actuación en los Juegos de Río de Janeiro y su historia resonó en los medios de comunicación durante el transcurso de la competencia.
Ahora volverá al escenario olímpico en los Juegos de Tokyo 2020 en busca de hacer historia nuevamente luego de recibir un cupo por ranking al cancelarse los torneos clasificatorios debido a la pandemia del coronavirus.
Buscará convertirse en el segundo boxeador en conquistar oro olímpico para el país suramericano desde que Francisco ‘Morochito’ Rodríguez lo hiciera en los Juegos de México en 1968.
Con un récord profesional de 3-0 y más experiencia y madurez en el ring, Finol se presenta como una de las grandes esperanzas de la delegación venezolana para subir al podio y mejorar su actuación del 2016.
En una reciente entrevista, el joven peleador aseguró que sus expectativas son “bastante altas” y que la meta es repetir como medallista, pero esta vez en lo mas alto del podio y cumplir su sueño de conquistar una presea dorada.
“Tanto para mí como para Venezuela fue una sorpresa (la presea de Río 2016), porque yo lo que tenía era un año de haber llegado a la selección nacional, tenía 19 años, ahorita tengo más experiencia, me conozco más, tengo mejor técnica, estoy profesionalizado y tengo todas las ganas de buscar el objetivo“, dijo Finol en una entrevista con la Agencia France Presse.
Durante su travesía hacia el destino de los Juegos, el púgil venezolano hizo una escala en Istambul, Turqía, y compartió un video diciendo que estaba esperando para salir a Tokio “en busca de la gloria olimpica”.
La competencia en el peso mosca volverá a ser fuerte con la presencia del campeón olímpico defensor, el uzbeco Shakhobidin Zoirov, que le derrotó en las semifinales en Río. También hay otros peleadores talentosos como el colombiano Yuberjén Martínez (plata en la división minimosca en Río) y el cubano Yosvany Veita, entre otros.
Por ahora lo único seguro es que Finol tendrá como rival en la primera ronda al japonés Ryomei Tanaka, hermano del tres veces campeón mundial Kosei Tanaka, el 26 de julio. Ese día sobre el ring en la arena de Ryogoku Kokugikan iniciará su nueva aventura olímpica. Pero sea cual sea el resultado final, Finol ya ha demostrado su cría y espíritu luchador en la vida.