De forma vertiginosa el invicto Vergil Ortiz Jr. se está convirtiendo en una de las grandes promesas del boxeo en una división welter repleta de talento.
El peleador de raíces mexicanas es parte de una nueva cepa de jóvenes peleadores como el peso ligero Teófimo López y el peso pluma estadounidense Shakur Stevenson, entre otros, que están demostrando que pronto habrá un cambio de guardia en el boxeo.
“Es increíble verlo desarrollarse tan rápido. Apenas lo ves. Solo se ve eso con un medallista de oro olímpico como Oscar De La Hoya, quien ganó su primer título mundial en su 12ma pelea, o con peleadores olímpicos como Fernando Vargas, quien tenía 14-0 cuando se convirtió en campeón mundial”, indicó el entrenador de Ortiz Jr., el experimentado Robert García.
“Vergil es uno de esos muchachos. No fue a los Juegos Olímpicos, por lo tanto no recibi el mismo reconocimiento que otros peleadores olímpicos, pero él está muy cerca de convertirse en campeón mundial”, agregó.
Ortiz Jr. (14-0, 14 KOs) volvió a demostrar el sábado sus quilates cuando derrotó por nocaut técnico en el sexto asalto al mexicano Antonio Orozco en el combate estelar en The Theatre en Grand Prairie, Texas.
Fue una prueba de fuego para el joven de 21 años ya que Orozco sólo había sufrido una derrota en 29 combates por decisión ante el campeón superligero del Consejo Mundial de Boxeo, José Carlos Ramírez, el pasado septiembre.
Y el texano no defraudó al poner en malas condiciones a Orozco en el asalto inicial antes de acabar la contienda con tres derribamientos en el sexto capítulo. Aún así, no estuvo satisfecho.
Como dice el refrán, ‘no hay peor crítico que uno mismo’.
“Voy a ser honesto. No me gustó la manera que peleé”, dijo Ortiz Jr. “Pude haberlo hecho mucho mejor. Definitivamente tengo un largo camino como boxeador para alcanzar el nivel de campeón mundial. Pero seguiremos mejorando y vamos a aprender de esta pelea”.
“He estado consiguiendo todos estos nocauts. He estado diciendo que no se me han metido en la cabeza, pero como pueden ver en ese primer round, me emocioné un poco. Tal vez pude haberlo terminado, tal vez no, pero tuve que forzarme a bajar el tren de pelea. Voy a aprender de este combate”, agregó.
La realidad es que fue una buena demostración para Ortiz Jr., quien puso de sobreaviso al mundo boxístico el pasado mayo al destruir en tres asaltos al veterano Mauricio Herrera en uno de los combates preliminares de la función estelarizada por el choque entre Canelo Álvarez y Daniel Jacobs.
Si bien Herrera había visto sus mejores días pasar dentro del ring, el mexicano nunca había sido noqueado en su carrera de 32 combates y castigado como el texano le hizo en tres capítulos.
En poco tiempo, Ortiz Jr. ha demostrado que tiene una contudente pegada en ambas manos, y eso unido a su estilo agresivo y sin echar para atrás, lo convierte en un torbellino en el cuadrilátero.
“No estoy aquí para juegos. Golden Boy (Promotions) me ha dado unas peleas fuertes y he pasado las pruebas con gran éxito”, reconoció el cotizado púgil previo al choque con Orozco.
Y aunque es natural que la promotora y sus manejadores no lo tiren a los leones antes de estar totalmente preparado y pulido para enfrentar a campeones mundiales del peso welter como Manny Pacquiao, Shawn Porter, Errol Spence Jr. y Terence Crawford, tampoco lo están llevando suave en los entrenamientos, según García.
“En mi gimnasio, con quién hagas ‘sparring’ y en cualquier división en la que estés, será difícil. Tendrás que trabajar duro para poder competir. No tengo nada más que peleadores de clase mundial. Por ejemplo, Vergil está guanteando con peleadores de 160, 168 (libras)”, explicó García.
“No quiero decir que los domine porque también son mis peleadores, pero él puede competir con ellos y darles todo lo que pueden aguantar, así que eso te dice de qué está hecho. Entrena con José Ramírez, un campeón mundial en estos momentos. Entrena con Mikey García, quien es uno de los mejores libra por libra del mundo, y puede competir bien contra ellos”.
Ortiz Jr. dice que tiene el hambre para hacer todos los sacrificios necesarios con tal de cumplir su misión dentro del deporte del toma y dame.
“Yo también quiero ser campeón mundial. Tengo sueños que quiero alcanzar”, apuntó.
Y, por lo visto, el joven boxeador va por buen camino.