Hasta el pasado 17 de octubre del año pasado, Vasiliy Lomachenko parecía invencible, hasta que enfrentó al estadounidense Teófimo López.
El boxeador estadounidense de origen hondureño, invicto en 16 combates, llevó a la tierra al ucraniano, que apenas tenía una derrota en una carrera profesional que comenzó a los 25 años luego de casi 200 peleas como aficionado. Ese revés se lo propinó el veterano y mañoso Orlando “Siri” Salido en apenas su segundo combate profesional en donde buscaba coronarse campeón pluma.
De ahí en adelante, su impresionante boxeo y técnica, sus movimientos laterales e increíble velocidad de manos lo llevaron a superar a Guillermo Rigondeaux, a los campeones Jorge Linares y José Pedraza así como al ex campeón Luke Campbell antes de encontrarse en el camino con López, quien lo dominó fácilmente.
Luego de ocho meses, Lomachenko regresa al entarimado a probar que es uno de los principales boxeadores de la división ligera. Al otro lado del ring tendrá al japonés Mayasoshi Nakatani, quien cayó por decisión unánime ante López y que noqueó y prácticamente retiró del deporte al puertorriqueño Félix Verdejo.
“No puedo esperar a estar otra vez dentro del ring. Estoy muy emocionado y quiero demostrarme quién aún soy en el boxeo”, dijo Lomachenko en la conferencia de prensa celebrada el jueves en Las Vegas, Nevada. “Es un tipo duro. Tiene la altura y el alcance. Creo que es un muy buen boxeador. Por eso fue mi elección como oponente “.
El regreso de Lomachenko se dará con público en las gradas del Virgin Hotel de esa ciudad. Su combate ante López fue celebrado en “The Bubble”, establecido en el MGM Grand Hotel durante la pandemia del Covid-19, sin público y con apenas un puñado de funcionarios y asistentes de esquina presentes.
“Es genial tener fans. Nos empujan al ring. Nos dan energía”, dijo Lomachenko
Nakatani, por su parte, dijo sentirse honrado de tener esa oportunidad ante el ucraniano y busca emular la demostración que hizo su compatriota Naoya Inoue la semana anterior, en donde regreso a Estados Unidos con una victoria por nocaut ante Michael Dasmarinas.
“Saber que un compañero peleador japonés como Naoya Inoue tuvo una gran actuación en Las Vegas es muy motivador para mí. Esta es una pelea que tengo que ganar y que quiero ganar”, explicó Nakatani. “Cuando surgió esta pelea, sentí que iba a ser la pelea más grande de mi carrera. Pero conseguir la pelea no significa nada. Tengo que ganar para que signifique algo. Voy a ganar”.
Lomachenko (14-2-0, 10 KOs) admitió, por su parte, que quiere una revancha ante López, pero primero tendrá que encargarse del japonés, que llega a la pelea con una sola derrota en 20 combates y 13 victorias por la vía rápida.
La velada incluye el combate semi estelar de la noche, en donde Janibek Alimkhanuly enfrentará a Rob Brant a 10 asaltos en donde estarán en juego los títulos Peso Mediano Global de la OMB y el Continental Américas del CMB.