Hace 31 años el mexicano Julio César Chávez y el estadounidense Meldrick Taylor protagonizaron una de las peleas inovidables en la historia del boxeo cuando chocaron en un combate unificatorio en el peso superligero que terminó de forma dramática restando sólo dos segundos en el último asalto.
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Chávez llegó al duelo como campeón superligero del Consejo Mundial de Boxeo con marca invicta en 68 peleas mientras que Meldrick Taylor, exmedallista de oro olímpico (Los Angeles 1984), era el monarca de la Federación Internacional de Boxeo y también presentaba récord inmalculado en 25 peleas.
La pelea, que se realizó el 17 de marzo del 1990 en Las Vegas, fue denominado “Thunder vs. Lightning” en alusión a la potente pegada del legendario mexicano vs. la relampagueante velocidad de manos y piernas de Taylor.
La historia de este encuentro puede dividirse en dos capítulos: la primera siendo los primeros 11 asaltos y la segunda parte el 12mo. asalto donde hubo de todo: acción, emoción, drama y controversia que hasta el día de hoy sigue causando debates en los círculos boxísticos.
Taylor dominó las primeras tres cuartas partes del encuentro con sus veloces combinaciones y exquisito boxeo sobre el ring del Hilton Inn, pero aún cuando Chávez perdía asaltos estaba conectando potentes golpes que fueron mermando la resistencia del norteamericano.
Ya para los últimos asaltos Taylor estaba mostrando las huellas del duro castigo aunque estaba al frente de la pelea. Sangraba por la boca, tenía el rostro hinchado y después se supo que tenía una fractura orbitaria. Cuando sonó la campaña marcando el fin del 11mo. asalto, el estadouniense estaba tan aturdido que se dirigió a la esquina equivocada.
Así quedó el escenario preparado para un dramático 12mo. asalto. Dos jueces tenían a Taylor al frente con puntuaciones de 107-102 y 108-101, mientras que el tercero tenía a Chávez (inexplicablemente) en ventaja por 105-104.
Ante los ojos de todos los presentes y los millones viendo el combate desde sus casas, Chávez necesitaba un nocaut para ganar y Taylor sólo sobrevivir, y ¡sonó la campana!
El mexicano salió en busca del nocaut salvador y Taylor tampoco echó hacia atrás a pesar de que estaba exhausto y sin piernas lo que terminó siendo su calvario. Al llegar al último minuto, Chávez comenzó a conectar sólidos golpes y faltando 25 segundos atizó una derecha que estremeció a su rival que siguió valientemente tirando golpes mientras llevaba hacia la esquina a Chávez.
El mexicano, sin embargo, se movió hacia un costado y acorraló a Taylor, y le conectó una derecha restando 16 segundos que lo envió a la lona. El norteamericano se levantó al conteo de seis de Steele, quien cuando llegó al ocho, le preguntó “¿Estás bien?“.
El árbitro no recibió una respuesta, miró a Taylor en los ojos y decidió poner fin a la pelea restando dos segundos, dejando a los comentaristas gritando “¡Increíble!” y “¡No lo puedo creer!”
¡Dos segundos!
El final de manera oficial fue a los 2:58, un desenlace inolvidable y polémico ya que Taylor hubiese ganado por decisión dividida de no haberse detenido el encuentro.
Steele fue blanco de duras críticas por su decisión. Para algunos, fue una mala detención. Para otros fue una decisión muy acertada debido al castigo que recibió Taylor, quien terminó en el hospital y nunca fue el mismo boxeador.
En mi caso… no debió detenerse. Al final, el combate fue declarado la Mejor Pelea del 1990 y la Mejor de la Década de los 90.
Cuatro años después Chávez volvió a enfrentar a Taylor, quien era la sombra de aquel boxeador que estuvo a sólo dos segundos de propinarle el primer revés al mexicano. El estadounidense cayó por nocaut técnico después de ocho asaltos y así se cerró el capítulo de Chávez vs. Taylor, al menos, dentro del ring porque fuera del mismo por siempre quedará el recuerdo del polémico final.