Con títulos mundiales en cinco divisiones distintas Sugar Ray Leonard es considerado uno de los mejores púgiles en la historia del boxeo, pero su carrera no estuvo exenta de momentos que asemejan una montaña rusa.
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Luego de derrotar de forma dramática a Thomas Hearns en un candente duelo unificatorio en septiembre del 1981 y realizar una defensa ante Bruce Finch en febrero del 1982, Leonard se preparaba para su próximo combate ante Roger Stafford cuando comenzó a ver manchas o flotadoras.
Una visita a un oftalmólogo trajo consigo malas noticias: tenía un desprendimiento de retina. Esto causó la cancelación del combate y una cirugía para reparar la retina el 9 de mayo del 1982. Y aunque todo salió bien en la operación y su ojo izquierdo estaba sano, Leonard anunció su retiro seis meses después por consejo de su médico que temía que perdiera la visión en el ojo operado. Así una de las grandes carrera dentro del ring recibió un “Détente” forzoso.
La noticia fue bien recibida por parte de fanáticos y expertos ya que consideraban innecesario el riesgo de seguir peleando, pero Leonard reconoció por primera vez en 1991 en una entrevista con The New York Times que el forzoso retiro lo llevó hacia el consumo de cocaína y el abuso del alcohol.
“Yo quería más”, dijo Leonard. “Quería estar en la arena. No quería que nadie me dijera que mi carrera habia terminado”. Agregó que comenzó a usar cocaína para “olvidar mi problema, mi dilema”.
En una reciente entrevista con BlackPressUSA, Leonard explicó que el retiro no le sentó bien. “Yo estaba triste. Ya no era yo mismo. Quería pelear, y lo único que me calmó fue el alcohol y las drogas, así que esa fue otra razón por la que mis amigos no querían que regresara, porque conocían mi otro lado”.
Un año después del retiro, optó por retomar su carrera dentro del ring en medio de críticas de los medios de comunicación, fanáticos y expertos que consideraban que se estaba tomando un riesgo innecesario. Para el colmo, el boxeador entonces fue sometido a otra operación, esta vez en el otro ojo, luego de descubrirse un desprendimiento de la retina.
A pesar de los tropiezos con las lesiones oculares y sus problemas de adicción, Leonard decidió volver al ring ante un desconocido, Kevin Howard, el 11 de mayo del 1984, y fue derribado -la primera caída en su carrera. Y aunque ganó por un polémico nocaut técnico en el noveno asalto, anunció nuevamente su retiro en la conferencia pospelea por considerar que ya no era el mismo peleador de antes.
Leonard reconoció que no fue hasta principios de 1986 que finalmente pudo dejar las drogas cuando se levantó un día y “lo que vi en el espejo me dio miedo”. Y meses después comenzó a pensar en un combate ante Marvelous Marvin Hagler, campeón indiscutido del peso mediano.
“Cuando les dije a mis hermanos que quería pelear contra Hagler, no podían creer que ni siquiera pensaría en eso”, recordó Leonard en la entrevista de BlackPressUSA.
“Me preguntaron, ‘¿Quién sería mi rival de preparación (para Hagler)?’ Y les dije, ‘Hagler’. Peleé contra Kevin Howard antes de pelear contra Hagler, y él me derribó, y la gente pensó que Hagler me mataría. En aquel entonces, estaba en el lado equivocado de la calle, consumiendo cocaína y bebiendo mucho”, agregó.
Leonard y Hagler finalmente se encontraron en el ring el 6 de abril de 1987 en el Caesar’s Palace en Las Vegas. Hagler subió como gran favorito para derrotarlo, pero el medallista de oro olímpico dio la gran sorpresa y se impuso por decisión dividida.
Dos jueces lo vieron como ganador con puntuaciones de 115-113 y 118-110, mientras que el tercer juez favoreció a Hagler por 115-113. Fue una decisión que levantó mucha polémica, pero Sugar Ray Leonard volvió a la cima del boxeo y después agregó fajas en la división supermediano y semicompleto para cementar su legado en el ring.