Apúntale otro título a Guillermo “El Chacal” Rigondeaux.
El veterano peleador cubano regresó a la cima del boxeo a los 39 años el sábado luego de superar al venezolano Liborio Solís por decisión dividida para conquistar el título vacante del peso gallo de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
No fue un combate lleno de emoción y de furiosos intercambios, nada por el estilo, pero fue una victoria para Rigondeaux, quien obtuvo su segunda corona mundial en divisiones distintas.
Dos jueces vieron ganar por 116-111 y 115-112 a Rigondeaux (20-1, 13 KOs), un dos veces medallista de oro olímpico, y el otro juez vio ganar a Solis por 115-112 en el combate semiestelar en el PPL Center de Allentown, Pennsilvania, de la función de Premier Championship Boxing.
Solís (30-6-1, 14 KOs) castigó bien a Rigondeaux con ganchos de izquierda y jabs de derecha en el primer asalto, pero a partir del segundo no hizo casi nada, mientras que Rigondeaux tampoco hizo mucho, aunque lo suficiente para llevarse la decisión que fue abucheada por los presentes.
Tampoco ayudó el hecho que el combate que inició la porción televisada fue un verdadero peleón entre el panameño Jaime Arboleda y el puertorriqueño Jayson “La Maravilla” Veléz que vio el primer sobrevivir a una caída para llevarse el triunfo por decisión dividida (114-113, 114-113 y 112-115).
Luego de un manjar de acción e intercambios de fuerte artillería en el duelo Arboleda-Vélez, es obvio que los fanáticos querían más, y en el caso de Rigondeaux-Solís pues quedaron a deber aunque tampoco fue una gran sorpresa que haya sido así.
Fue como salir alborrotado de un concierto de rock para luego asistir a uno de música clásica.
Rigondeaux, quien ha sido criticado en el pasado por su estilo técnico y poco agresivo, en sus últimos combates se vio un poco más agresivo, pero ante Solís peleó al contragolpe, sin arriesgar mucho y evitando enfrascarse en intercambios.
El boxeo siempre se ha dicho que es el arte de golpear y no dejarse golpear -y el cubano es un maestro en ello- pero también hay que mantenerse activo tirando golpes si optas por ese estilo.
Los asistentes en la arena comenzaron a abuchear desde el segundo asalto ante la falta de acción de ambas partes, que inclusive llevó al entrenador del cubano, Ronnie Shields, a pedirle más entrega a su pupilo.
En el séptimo, Rigondeaux lució más agresivo y atizó un upper de izquierda que sorprendió a Solís, y luego dos izquierdas más enviaron al venezolano contra las cuerdas, que apenas lo mantuvieron de pie, por lo cual el árbitro Benjy Esteves decretó una caída.
Desde ahí en adelante, el cubano no se arriesgó, aunque conectó algunos golpes que estremecieron a Solís, pero sin ponerlo en aprietos, mientras que el venezolano seguía tratando de cazar a Rigondeaux sin éxito. Al final, “El Chacal” ganó, pero sin impresionar.
“El verdadero campeón es Ronnie Shields, todo se lo debo a él. Liborio es un excelente boxeador, bien fuerte”, dijo Rigondeaux, quien fue abucheado por el público.
Y cuando el entrevistador de Showtime, Jim Gray, le preguntó al púgil cubano sobre los abucheos, éste respondió: “Mira, la bulla de los fanáticos lo que me da…”. No fue necesario que terminara su línea de pensamiento.
Rigondeaux reinó durante siete años en el peso supergallo como monarca de la AMB y la Organización Mundial de Boxeo (OMB) logrando victorias ante rivales de calidad como Nonito Donaire, Joseph Agbeko y Ricardo Córdoba, entre otros.
El zurdo cubano entonces sufrió un contundente revés ante el ucraniano Vasily Lomachenko en diciembre del 2017 en un intento por ceñirse la faja superpluma de la OMB, pero ahora regresó a la cima en el peso gallo donde espera pelear con los mejores de las 118 libras.
“Estoy disponible para el que quiere enfrentarse a mí”, dijo Rigondeaux. “¿Quién desean los fanáticos que yo enfrente? Estoy listo para cualquier boxeador. Ahora estoy en mi peso, vamos a ir a cazar”.