11 de septiembre del 2001. Una fecha que por siempre quedará grabada en las mentes luego de un devastador ataque terrorista en Nueva York y Washington dejó casi 3,000 muertos y miles de heridos.
Todo el mundo tiene su recuerdo de aquel fatídico martes, cuatro días antes que el mundo del boxeo esperaba con ansias el duelo unificatorio en el peso mediano entre el puertorriqueño Félix “Tito” Trinidad y Bernard Hopkins en el Madison Square Garden en Nueva York que fue pospuesto a raíz del atentado.
Al recordar los sucesos en su 20mo aniversario, Unanimo Deportes contactó a varios periodistas deportivos asignados a cubrir el combate Trinidad vs. Hopkins para darnos sus impresiones sobre lo que vivieron al darse la tragedia y como tuvieron que repentinamente lanzarse a cubrir un evento inesperado.
Roberto Colón
Todavía 20 años después, el trágico suceso del 9/11 retumba en mi mente como si hubiese sido ayer. Estaba preparando mi maleta para viajar el próximo día a Nueva York para cubrir la pelea para Univision.com cuando mi esposa me llamó para decirme que encendiera el televisor.
Las imágenes fueron de horror. Fue como recibir un devastador golpe al hígado y me quedé sin piernas. Nací y viví en Nueva York hasta los 11 años y pensé en mi familia y amistades –Gracias a Dios estaban a salvo. Ante la magnitud del ataque, caí en tiempo que no estaría subiéndome al avión y que seguramente la pelea Trinidad-Hopkins sería cancelada, algo que sucedió al día siguiente.
Después de estar entusiasmado por viajar a cubrir un esperado evento deportivo y compartir con mis colegas de Puerto Rico, todo cambió. Me tocó reportarme por la madrugada a la oficina para así darle seguimiento 24-7 a todos los sucesos ante la avalancha de información que se difundía a través de agencias noticiosas, televisión y el internet, además de las historias humanas de personas desesperadas buscando a sus seres queridos desaparecidos .
Dos semanas después finalmente llegué a Nueva York -luego de tres revisiones municiosas por agentes de seguridad en el aeropuerto- para cubrir la pelea del 29 de septiembre, y palpé el ambiente sombrío y tenso que arropaba a la ciudad de Nueva York. Se veía en los rostros de la gente que se detenían frente a las vitrinas de tiendas para ver las imágenes en Ground Zero y las personas que miraban las fotos de personas desaparecidos en el área del Subway.
Les digo, mi mente no estaba en la pelea sino en la tragedia al ver mi ciudad natal golpeada. Por eso, mi recuerdo de la noche de la pelea fue el homenaje que se le hizo a los policías y los bomberos de la ciudad a quien se le dedicó el evento.
El escuchar la canción de “I Will Remember You” de Sarah McLachlan antes de la entonación de los himnos me causó un nudo en la garganta y todavía cuando escucho la canción me transporto a aquella noche. Sí, hubo una pelea importante entre Trinidad y Hopkins, pero eso pasó a un segundo plano. El ver el Madison Square Garden repleto fue como un mensaje de lucha y motivación de que Nueva York seguía de pie“.
(Roberto Colón – Periodista con Unanimo Deportes)
Aleudi Rosario
“Habíamos llegado a Nueva York varios días antes para trabajar la tan anticipada pelea de Félix “Tito” Trinidad ante Bernard Hopkins para el diario Primera Hora junto el fotoperiodista José Jiménez. Era un momento histórico el que nos esperaba, pero jamás imaginamos que el mismo sería fuera del deporte.
El lunes, 10 de septiembre de 2001, fue un día de mucho trabajo moviéndonos por distintas partes de la ciudad de Nueva York para varias entrevistas y cubrir, además de Tito y Hopkins, a otras figuras que verían acción en la cartelera. Recuerdo que ese día escribí 10 notas, que se publicaron al otro día en el periódico.
Bien temprano en la mañana del 11 de septiembre nos levantamos, ya que nos habíamos enterado de que Hopkins estaría corriendo en el Parque Central y debíamos estar allí para documentar, aunque fuera gráficamente, ese suceso. Así lo hicimos y bajamos al área de Time Square para “cuadrar” con don Félix Trinidad, el padre de Tito, que en la tarde de ese día estaríamos en el entrenamiento del boricua.
Mientras desayunábamos en un Starbucks, tras el acuerdo con Trinidad, padre, llamaron de Puerto Rico para informarnos de que una avioneta se había estrellado contra una de las Torres Gemelas (World Trade Center). De esa manera debíamos partir hacia el área para cubrir esa noticia, aún sin saber de lo que en realidad se trataba.
Los compañeros Jiménez, Jaime Vega Curry y Xavier Araújo (estos dos últimos de El Nuevo Día) partieron en un taxi, mientras yo bajé a pie, ya que cuando iba a abordar el taxi con ellos me percaté de que había dejado el bulto con la computadora en el Starbucks. Caminando fui todo el trayecto desde Time Square hasta el área cercana a las Torres, por lo que pude apreciar la amargura, tristeza, sorpresa y lágrimas en la gente por la calle.
Cuando ya supimos que era un aleegado ataque terrorista, la incertidumbre se apoderó de mí porque no sabía si ocurriría cualquier otra cosa. Pude ver las Torres cuando cayeron, de lejos, algo indescriptible lo que sentí. Llegué cerca del área y lo que se veía era desesperación entre todos, el polvo nublaba todo el lugar y las autoridades se apoderaban del sitio. Estuve varias horas allí y cuando supe del compañero fotoperiodista (Jiménez) subí nuevamente a pie hasta el hotel donde nos quedábamos.
Después del fatídico episodio estuve nueve días más en Nueva York, cubriendo lo que pasaba, mayormente enfocado en la parte asociada a Puerto Rico, además de las cosas referentes a la pelea Trinidad- Hopkins, que se programó para dos semanas después.
Ese tiempo, tras el ataque, fue de mucho pensamiento en lo que podría pasar en la ciudad, pero el trabajo despejaba un poco la mente. Como periodista este acontecimiento es lo más grande que he tenido que enfrentar, una historia que todavía hoy tiene muchos misterios”.
(Aleudi Rosario, periodista freelance en Puerto Rico)
José Jiménez
“Yo había cubierto todas las peleas de Tito desde Mahenge Zulu con excepción a la de Fernando Vargas en Las Vegas -que ahora me arrepiento porque considero que fue su mejor. Había pedido no hacer el viaje a Nueva York y fue el único viaje en siete años que prácticamente me obligaron a ir.
Viajé el 8 de septiembre a Nueva York junto al compañero Aleudi Rosario para la cobertura de la pelea de Tito y Hopkins. El día 10 fuimos al guanteo de Tito y recuerdo que nos estábamos quejando de que Hopkins había cerrado su “training camp” para la prensa.
Ese día, el 11, Willin (Rodríguez, fotógrafo de El Vocero), Xavier (Araujo, fotógrafo de El Nuevo Día) y yo fuimos a coger a Hopkins corriendo en Central Park y después nos fuimos a desayunar. Estando allí José Rodríguez (director de fotografía de El Nuevo Día) llamó a Xavier para decirle que un avión se había estrellado en una de las Torres Gemelas. La reacción de Xavier fue como que ‘esto no son horas para llamar con chistes así’.
Y ahí me llamó Guiliano (de Portu, jefe de fotografía de PH) y fue directo, que se estrelló un avión en una de las Torres Gemelas y que (Jorge) Cabezas (director de PH) quería que me fuera en ese instante. Pegué un grito y dije ‘me voy, él que se quede se quedó’. No di ninguna explicación, abrí la puerta, paré un taxi y Xavier se fue conmigo por lo que le habían dicho.
Recuerdo que el taxi no podía pasar de la Avenida 14 porque ya la ciudad estaba prácticamente bloqueada. De la 14 corrimos 35 bloques por West Broadway hasta llegar a Park Place que quedaba como a una cuadra de las Torres. Empecé a caminar hacia las Torres Gemelas, y se apareció un tipo con una chaqueta del FBI y otro del Servicio Secreto, y como la información que yo tenía era que fue una avioneta, pensé ‘¿qué hacen estos tipos aquí?, esto está mal’. Mi intuición fue ‘no sigas caminando, vírate y aléjate’. Lo que hicimos fue irnos por Park Place y llegamos a West Side Highway.
Ahí vimos todo. La gente tirándose, las Torres cayéndose y despúes el corre y corre. Estaba cerca de la Torre Norte, prácticamente al lado, y cuando cayó la primera Torre nos movieron a la calle Chambers y desde ahi vimos cuando se cayó la segunda Torre.
Cuando llegué al hotel, llamé a mi esposa, lloré, y trasmití las fotos ya que Primera Hora hizo un vespertino y pudieron usar mis fotos. Pero desde la seis de la tarde del día 11 a seis de la mañana del día 12 no recuerdo nada. Mi memoria está completamente en negro. Asumo que es por el shock.
El próximo día me levanté y por las calles no había una sola persona o policía. La ciudad estaba desolada. Siempre recuerdo que no tomé esas fotos porque estaba concentrado en llegar a Ground Zero. Me quedé 21 días hasta cubrir la pelea que fue tres semanas después. De ese día se me quedó más el entender la fragilidad del ser humano, como en un segundo estamos aquí y en otro no, y como hay que disfrutarse la vida, amar y vivir al máximo porque estamos prestados“.
(José Jiménez -Fotoperiodista freelance en Puerto Rico)
Hiram Martínez
“Todos los años aunque quiera olvidarme de eso, mi compañero que estaba en esa cobertura Willin Rodríguez (exfotógrafo de El Vocero) me lo recuerda. Siempre me llama el 11 de septiembre para hablar de eso. De los sitios que fuimos, coberturas que hicimos, de cuando fuimos a un servicio de un bombero que murió y que ayudaba a los bomberos de Puerto Rico, Dennis Mojica. De la familia de Anthony Rodríguez que su hija acababa de nacer. Todo eso me lo recuerda Willin. Siempre hablamos todos los años el 11 de septiembre. Establecimos ese vínculo desde esa cobertura.
La transición para cubrir el evento fue fácil. Cuando uno hace periodismo deportivo, uno siempre cubre una batalla entre uno y otro, y uno toma reacciones. Uno está entrenado en el periodismo y se nos hizo fácil. Lo que se hizo realmente difícil fue manejar las emociones cuando uno veía tanta tristeza, tanta ansiedad de la gente. Eso nos complicaba. Llegó un momento que nos afectó.
Cuando volví de allá (de Nueva York a Puerto Rico) volví con una sensación de luto, como si hubiese perdido algunos familiares, pero después de eso uno sigue luchando. Pero como tal, el evento y cubrirlo, el 11 de septiembre en específico, fue pura adrenalina. Me metí y cubrí más por instinto. Es hacer lo que uno siempre ha hecho. Un evento de esta magnitud había que cubrirlo. Ni pregunté ni me mandaron, yo fui y lo cubrí”.
(Hiram Martínez – Experiodista de El Vocero y ahora con ESPN)