En el deporte profesional salir del retiro en cualquier disciplina de por si es un acto de valentía que muchas ocasiones se gesta al interior de los deportistas más como un impulso por hacer un último intento que por contar con la destreza o cualidad física con la que una persona pudo haber conquistado algún deporte.
Sin embargo, George Foreman puede presumirse como una excepción.
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El pugilista que encabezara junto a Muhammad Ali una de las mejores peleas de la historia y que Sports Illustrated colocó como la 17ma mejor batalla de todos los tiempos, logró lo que parecería un sueño imposible.
Con 45 años, siete después regresar al ring en 1987, Foreman se convirtió en campeón mundial pesado el 5 de noviembre de 1994 tras vencer a Michael Moore. Un poderoso nocaut en el décimo asalto le permitió establecer el récord del boxeador de mayor edad en convertirse en campeón en la división de los pesos pesados.
Casi como en un guión de película, “Big George” tuvo una carrera que lo llevó a la cúspide muy pronto. Iniciando con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de México 1968, sus cualidades físicas lo convirtieron en un rival temible y previo a su primera pelea de campeonato Foreman noqueó a 34 de 37 rivales.
Para 1973 George conmocionó al mundo del boxeo luego de enviar seis veces a la lona en dos rounds al entonces campeón Joe Frazier. Tras convertirse en el nuevo monarca del Consejo Mundial de Boxeo y la Asociación Mundial de Boxeo, “Big George” defendió sus cetros ante José Román y Ken Norton -ninguno superó el segundo round- por lo que su tercera defensa fue ante Muhammad Ali.
El combate ante “The Greatest” en la hoy República Democrática del Congo terminó en una derrota para Foreman, poniendo fin a su invicta marca de 40-0, 37 KO’s. Con la victoria de Ali, la carrera de George se vendría a pique ya que el oriundo de Texas entró en depresión y con ello su rendimiento ya no era el mismo.
En sus siguientes seis peleas, cinco victorias por la vía del cloroformo y una derrota luego de 12 asaltos, fueron los últimos resultados que la afición vería del ex campeón mundial. El 17 de marzo de 1977 Foreman perdió ante Jimmy Young en San Juan, Puerto Rico, y optó por retirarse con apenas 28 años.
Su regreso al ring
Diez años más tarde Foreman sorprendió al mundo con su regreso, pero sus oponentes no eran los grandes nombres de la época. La paciencia y el trabajo duro de “Big George” le redituaron el esfuerzo: 24 peleas entre 1987 y 1991, 23 ganadas por KO, fueron el camino para volver a una pelea de campeonato.
Evander Holyfield fue su rival el 19 de abril de 1991, pero las tarjetas de los jueces le permitieron al campeón retener las coronas de la AMB, FIB y el CMB. Aunque Foreman tenía 42 años y una nueva generación de pesos completos nacía, nada le quitó el sueño de volver a portar un cinturón.
De diciembre de 1991 a enero de 1993 George sostuvo tres combates antes de recibir un segundo combate de campeonato. Esta vez el título vacante de la Organización Mundial de Boxeo estaba en juego, pero Tommy Morrison se quedó con la victoria gracias a decisión unánime.
El camino fácil para Foreman habría sido ponerle punto final a su trayectoria, pero el destino le tenía una tercera oportunidad. El 5 de noviembre de 1994 quedará como el día en que el texano de entonces 45 años estableció dos nuevas marcas tras vencer a Michael Moore: el campeón mundial pesado más longevo en la historia y el pugilista que más tardó en volver a poseer un título de su división (20 años).
Foreman, quien a principios de su carrera fue considerado un chico malo por su personalidad dentro y fuera del ring, tuvo una transición en su regreso que lo convirtió en uno de los favoritos del público y por lo conseguido en su segunda etapa es uno de tantos ejemplos de éxito gracias a su perseverancia, del cual el mundo del deporte nos permite ser testigos.