La aparición del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el quinto juego de la Serie Mundial, entre abucheos y el grito de “¡Encarcélenlo!”, sumado a su visita a un combate de UFC con manifestaciones de repudio al primer mandatario y por último la ovación que recibió en el partido de football colegial entre Alabama y Louisiana, son una muestra más de la polarización reinante en la sociedad estadounidense.
Este tipo de actitudes no son ajenas a los fanáticos del deporte. Los hinchas usualmente tienen como objetivo señalar a un culpable en el juego, pero cuando se trata de líderes políticos la voz del fanático toma otro matiz.
El sociólogo Sergio Levinsky, conversó con Unanimo Deportes y explicó que todo esto se trata de canalizar energía.
“El abucheo a Trump parecería un tema de antipatía personal. La masa empieza a abuchear y otros, amparados por el anonimato se unen a la manifestación de repudio, se sienten seguros entre la multitud. Se trata de una canalización de energía. Es muy diferente a la violencia organizada de las barras bravas en Argentina”, indicó el sociólogo.
Sobre el tema del presidente Mauricio Macri en Argentina, Levinsky explicó que sucedió algo parecido. “Hace más o menos un año Macri empezó a ser insultado en todas las canchas de fútbol del país, incluso gente que votó por él en las elecciones. En Estados Unidos podría suceder algo similar de cara a las elecciones de 2020”, dijo.
President Trump was booed loudly by the fans at Nats Park when he was shown on the big screen.
Then came a loud chant: “Lock him up.” @wusa9 pic.twitter.com/LBbgSAHd6k— Adam Longo (@adamlongoTV) October 28, 2019
Las apariciones de Trump en público, la mayoría de las veces se hacen en el marco de sus mítines, es decir junto a personas que lo apoyan, pero el caso de la Serie Mundial fue diferente y a muchos tomó por sorpresa.
Dana Perino, de “Fox News”, comentó que nunca pensó que el presidente sería abucheado. “Pensé que los estadounidenses lo animarían”, dijo.
Para algunos este tipo de manifestación es repudiable, incluso para el Senador demócrata, Chris Coons, de Delaware, quien indicó que “francamente creo que la oficina del presidente merece respeto”.
Analizando a grosso modo cuando un fanático compra un boleto para asistir a un evento deportivo, se siente con el derecho de expresarse y rechazar usualmente a la autoridad (árbitros, umpires y entrenadores) y a los principales actores, que no son otros que los jugadores.
Trump no es ni será el único político abucheado en un evento deportivo, ya le sucedió a Bill Clinton en una carrera de NASCAR en 1992 y a Barack Obama en el Juego de las Estrellas en 2009. Parece que el expresidente no pensó que usar una chaqueta de los White Sox en St. Louis era definitivamente una mala idea.
Honestly surprised to see Trump booed at Ultimate Fighting Championship. This should be his crowd. pic.twitter.com/r1O1Vs20SR
— ian bremmer (@ianbremmer) November 3, 2019
Maurizio Passariello, analista político, dio su opinión a Unanimo Deportes sobre si el presidente debería o no asistir a este tipo de “actos”.
“Es bastante desacertado por parte de Donald Trump y la administración estar apareciendo en eventos deportivos y eventos públicos en general, donde no puedan manejar realmente quien está allí. Francamente el presidente Trump desde el principio de su término como presidente ha demostrado ser el mandatario más impopular en la historia moderna de este país y cada vez que sale a un evento público se expone”, señaló.
Passariello incluso asegura que Trump ha cambiado la forma en cómo nos manifestamos políticamente en este país. “Somos mucho más negativos que anteriormente”, dijo.
De acuerdo con una encuesta de Gallup, Trump cuenta solo con el 39% de aprobación en el país.
¿Qué pasó en el partido entre Alabama y Louisiana?
A diferencia del partido de la Serie Mundial en Washington y la función de UFC en Nueva York, Trump fue recibido con aplausos durante el partido de football colegial en Alabama donde los locales cayeron ante Louisiana State University (LSU).
Lo primero que hay que tomar en cuenta es la rotunda victoria que obtuvo Trump en las elecciones de 2016 en Alabama donde consiguió el 62.1% de los votos contra el 34.4% de Hillary Clinton. Segundo, los estudiantes fueron advertidos.
La Asociación de Gobierno Estudiantil de Alabama aseveró mediante un correo electrónico que los estudiantes podrían perder sus asientos por el resto de la temporada si “participaban en un comportamiento disruptivo” durante el juego entre Alabama y LSU.
Según la Asociación Estudiantil la carta “estaba destinada únicamente a recordar a los estudiantes sobre una mayor seguridad y las consecuencias de los altercados u otros comportamientos impropios de un estudiante de la Universidad de Alabama”.
President @realDonaldTrump gets a loud ovation from the fans in Bryant-Denny Stadium during the first timeout of the LSU/Alabama game.@wdsu pic.twitter.com/IgHWvFTyAU
— Fletcher Mackel (@FletcherWDSU) November 9, 2019
Según ellos, no se trataba de un contexto político, pero atando los cabos da mucho que pensar.
Patricia Arquette, actriz y activista política, publicó en su cuenta de Twitter que quizás Estados Unidos ya no era la tierra de la libertad, y es realmente exagerado afirmar algo así, pero hay que estar atentos ante este tipo de control.
En otros países también abuchean a presidentes y primeros ministros caso del Reino Unido con James Cameron. Unanimo Deportes habló con Jason Pettigrove, periodista británico, que dijo que los líderes políticos se exponen en este tipo de escenario.
“La libertad de expresión nunca debe restringirse. Incluso si eso significa abuchear abiertamente a los primeros ministros o jefes de estado, como sucedió recientemente cuando Donald Trump asistió a varios eventos deportivos. El trabajo de liderar un país es, por su propia naturaleza, divisivo y, en cierta medida, si se va a poner al frente en un evento público, entonces debe esperar una cierta cantidad de críticas”, dijo Pettigrove.
El caso es que la ovación en el Bryant-Denny Stadium duró casi un minuto, y para Trump fue una revancha ante los abucheos de hace pocos días en los eventos previos. Ahora sólo resta por verse, cuál será la próxima visita presidencial a un evento deportivo y cómo reaccionará la afición ante su presencia.