“De tal palo, tal astilla”…
A través de la historia algunos peloteros han encontrado en sus padres un modelo a seguir y emular en sus carreras en el diamante. Si bien el apellido y el ADN no son una garantía del éxito, hay algunas ventajas para los hijos que se crían en medio de un ambiente de béisbol y pueden observar de cerca la dedicación que conlleva ser un “grandesligas”, además de tener un coach deluxe a su lado.
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Para conmemorar el Día de los Padres, les brindamos una lista de algunas de las famosas combinaciones de padre e hijo, incluyendo varios latinos, que han pasado en las Ligas Mayores.
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LOS MEJORES
Bobby y Barry Bonds
Los números son extraordinarios. Empecemos que los Bonds se combinaron para 4,921 hits, 1,094 cuadrangulares, 3,020 carreras impulsadas y 975 bases robabas, y son los únicos en la historia en pegar al menos 300 bambinazos y 400 estafas y en lograr campañas de “20-20” (jonrones y robos) en 10 campañas diferentes. Muy difícil de superar eso.
Barry es considerado uno de los mejores de deporte con una envidiable colección de hitos, incluyendo el récord de jonrones de por vida (762) y en una temporada (73), además de siete premios de Jugador Más Valioso (1990, 1992-93, 2001-04). Fue a 14 Juegos de Estrellas, ganó ocho Guantes de Oro y 12 Bates de Plata, y lo único que lo mantiene fuera del Salón de la Fama son las sospechas del dopaje durante la “Era de los Esteroides”.
Su padre Bobby también tuvo una exitosa carrera con un promedio de por vida de .268 con 1,886 hits, 332 jonrones y 461 bases robadas en 14 temporadas.
Ken Griffey Sr. y Ken Griffey Jr.
Otro dúo muy famoso. Hicieron historia en el 1990 y 1991 en los Seattle Mariners al convertirse en la primera combinación de padre e hijo en jugar en un mismo equipo y también dejaron otros momentos que siempre serán parte de las trivias del béisbol.
El 31 de agosto del 1990 en el primer partido de Ken padre junto a su hijo, pegaron sencillos consecutivos en la primera entrada y luego el 14 de septiembre del 1990 se convirtieron en el primer padre e hijo en pegar jonrones seguidos en un partido.
Griffey Sr. se retiró en junio del 1991 luego de acumular números decentes (.296, 152 jonrones, 2,143 hits) en su carrera de 19 años, que incluyó dos anillos de Serie Mundial con la “Maquinaria Roja” de Cincinnati.
Mientras tanto, Griffey Jr. se convirtió en una de las grandes estrellas y fue exaltado al Salón de la Fama en su primer año de elegibilidad luego de terminar con 2,781 imparables, 630 bambinazos y 1,836 carreras impulsadas, además de ganar 10 Guantes de Oro. De no haber sido por las lesiones –se perdió 260 de 486 juegos entre 2002 al 2004– hubiese llegado a los 3,000 hits y los 700 jonrones.
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LOS LATINOS
Felipe y Moisés Alou
Siempre se ha dicho que hablar de la familia Alou Rojas en República Dominicana es hablar de realeza. No hay dudas de ello cuando se toma en consideración que Felipe junto a sus hermanos Jesús y Mateo se combinaron para jugar 47 años en las Grandes Ligas, y eso sin contar los 14 años como manager de Felipe con Montreal y San Francisco.
Felipe junto a Moisés forman la mejor combinación de padre e hijo entre los latinos al combinarse para 4,235 imparables, 538 jonrones, 780 dobles y 2,139 remolcadas.
El mayor de los Alou bateó .286 de por vida con 206 jonrones y 852 carreras impulsadas en 17 campañas y Moisés lo superó con una sólida carrera donde promedió .303 con 2,134 hits, 332 jonrones, 1,287 remolcadas, y fue a seis Juegos de Estrellas, además de ganar un anillo de Serie Mundial con Florida en 1997.
Sandy Sr., Sandy Jr. y Roberto Alomar
Los Alomar son una de las “familias” beisboleras de Puerto Rico junto con los Cruz.
Sandy padre (.245, 13 HR, 282 RBI’s) jugó durante 15 campañas en las Mayores y era más conocido por su trabajo defensivo como intermedista y su velocidad en las bases con 227 bases robadas, pero le enseñó muy bien como jugar el béisbol a sus hijos Santitos y Roberto.
Roberto fue uno de los jugadores más completos en las Mayores. Con el bate acumuló 2,724 imparables con 210 jonrones y 1,134 impulsadas, y también se estafó 447 bases. Defensivamente es uno de los mejores en la historia con 10 Guantes de Oro y también fue a 12 Juegos de Estrellas, además de conseguir dos anillos de Serie Mundial con Toronto. Por eso su placa se encuentra en el Salón de la Fama del Béisbol.
Mientras, Santitos también tuvo una buena carrera como receptor. Fue nombrado Novato del Año en el 1990, participó en seis Juegos de Estrellas, ganó un Guante de Oro y terminó su carrera de 20 años con promedio de .273 con 1,236 hits, 112 jonrones y 588 impulsadas.
José y José Jr. Cruz
Hace apenas unos días el nieto de “Cheo” Cruz e hijo de José Jr., Trei José Cruz, fue seleccionado por los Detroit Tigers en la tercera ronda en el turno 73 en el segundo día del sorteo amateur de Grandes Ligas, por lo tanto, es muy posible que en un par de años veamos apenas la tercera generación de una familia de peloteros en la historia.
Trei, quien nació en Canadá, no tendrá que ir muy lejos en busca de consejos ya que su abuelo y progenitor formaron otra exitoso dúo padre e hijo al combinarse para 3,418 hits, 369 bambinazos y 1,701 impulsadas.
El mayor jugó 19 temporadas, la mayoría de ellas con los Houston Astros, con las cuales tenía varios récords del equipo hasta que Craig Biggio los sobrepasó entre el 2000 y 2001, aunque todavía tiene la marca de triples con 80. Mientras, “Cheíto” tuvo una sólida carrera de 12 años luego de ser la tercera selección de draft del 1995 por Seattle, y tuvo dos temporadas de 30 jonrones o más, y ganó un Guante de Oro.
De Puerto Rico para el mundo, José Cruz.#LosAstros #LunesDeLeyenda pic.twitter.com/i4dBR898gQ
— Astros de Houston (@LosAstros) April 13, 2020
Tany y Eduardo Pérez
El cubano Tany Pérez, un siete veces All Star, fue una de las bujías de la “Gran Maquinaria Roja” de Cincinnati al promediar 100 carreras impulsadas por año desde 1970 al 1976, y sus 2,732 incogibles, 379 cuadrangulares y 1,652 empujadas le abrieron las puertas al Salón de la Fama.
Su hijo Eduardo le siguió los pasos y fue selección de primera ronda con los entonces California Angels en 1991 y dos años después llegó a las Grandes Ligas donde se mantuvo por 13 años con varios equipos terminando con un promedio de .247 con 445 hits, 79 jonones y 294 remolcadas.
EL FUTURO
En la actualidad hay varias peloteros que siguen los pasos de sus padres en las Mayores, incluyendo los dominicanos Vladimir Guerrero Jr. y Fernando Tatis Jr., quienes a su corta edad son considerados superestrellas del diamante.
Los Toronto Blue Jays cuentan en sus filas con tres hijos de grandesligas con Guerrero Jr. y Cavan Biggio, cuyos padres Vladimir y Craig Biggio, respectivamente, son miembros del Salón de la Fama, y Bo Bichette, hijo del extoletero Dante Bichette.
Pero en las ligas menores, hay una gran cantidad de prospectos que buscan emular a sus padres y continuar ampliando la lista de jugadores de segunda generación que han llegado a las Grandes Ligas.