Tres meses después de ser baleado en su natal República Dominicana, el “Big Papi” David Ortiz regresó el lunes al Fenway Park para realizar el primer lanzamiento antes del encuentro entre los Red Sox y Yankees, y agradeció el apoyo de los fanáticos en su momento más difícil.
Con un jersey blanco y su número 34 en la espalda, Ortiz fue recibido con una ovación de pie de parte de los fieles en el histórico recinto al igual que los jugadores de ambos equipos.
Fue un momento muy emotivo luego que el extoletero de 43 años fue herido el pasadom9 de junio por un alegado atacante a sueldo, quien le disparó en un local nocturno luego que, según las autoridades, lo confundió con el blanco real del ataque que acompañaba a Ortiz.
Ortiz saludó al público después de salir trotando desde el dugout e hizo el lanzamiento de honor a su excompañero y ahora coach Jason Varitek. Después tomó un micrófono en el montículo y agradeció a los fanáticos de los Red Sox por sus oraciones y muestras de apoyo durante su difícil recuperación.
“Quiero agradecerles a todos ustedes por todas las oraciones”, dijo Ortiz. “Lo aprecio de verdad. Muchas gracias. Quiero agradecer a mis excompañeros por estar ahí para mí. Muchos de ellos fueron a mi casa para ver cómo estaba este muchacho. Quiero agradecer también a los Yankees, muchos de mis muchachos ahí también acudieron para ver cómo estaba ‘Big Papi’. Muchas gracias, los aprecio. CC (Sabathia), (Edwin) Encarnación. Muchas gracias. Dios los bendiga. Vamos, Red Sox”.
¡Regreso TRIUNFAL de un GIGANTE! El Big Papi regresó al Fenway Park, TODOS DE PIE, por favor. ?? ? #LasMayores pic.twitter.com/klNA38HPZ0
— LasMayores (@LasMayores) September 9, 2019
Ortiz entonces ocupó un asiento en la primera fila en las gradas cerca del dugout de Boston y más tarde obsequió su jersey a un niño que estaba sentado cerca de él.
Los Red Sox dijeron sentirse “feliz” por el regreso de Ortiz, quien demostró cuán recuperado de su percance al salir corriendo desde el dugout al terreno.
Los médicos en Santo Domingo, en una primera operación quirúrgica a Ortiz, le extirparon la vesícula y parte del intestino.
Al día siguiente fue trasladado a Boston en un avión-ambulancia que pusieron a su disposición los Red Sox para que fuera trasladado al Hospital General de Massachusetts, donde fue intervenido otras dos veces para evitar que las heridas pusieran en riesgo su vida.
El pasado 29 de julio fue dado de alta del centro médico y desde entonces ha comenzado a hacer salidas para actos públicos.
Ortiz ayudó en 2004 a que Boston acabara con una sequía de 86 años sin ganar la Serie Mundial.
Pero más allá de su talento en el béisbol, fue su carácter jovial y su eterna sonrisa lo que se ganó el corazón de la ciudad, pero sobre todo cuando se convirtió en uno de los que más apoyó y motivo para superar el trauma del atentado terrorista del Maratón de Boston, ocurrido en el 2013 y que dejó tres muertos y decenas de heridos.
Desde el mismo montículo, donde el lunes agradeció todo el apoyo recibido, en el 2013 también arengó al público para decirles que Boston jamás se rendiría ante nada.
“Esta es nuestra… ciudad”, proclamó, intercalando una palabra malsonante. “Y nadie va a dictar cuáles son nuestras libertades”.
Ortiz se retiró después de la temporada de 2016, con 541 cuadrangulares. Posteriormente, el equipo también retiró su número 34.
(Esta historia fue complementada con información de EFE)