Alexander Zverev (3°) fue expulsado del Abierto Mexicano Telcel (cemento/outdoor) por agredir al umpire Alessandro Germani al concluir el encuentro de dobles que jugó (y perdió) junto al brasileño Marcelo Melo (DB 27°). Enojado por un fallo previo, Sascha golpeó en tres oportunidades la silla del juez con su raqueta en vez de saludarlo. La organización del torneo comunicó la sanción en su cuenta de Twitter. Por ende, el tenista alemán no podrá defender el título logrado en la edición pasada. Su próximo adversario en el main draw era su compatriota Peter Gojowczyk (95°), quien avanza a los cuartos de final sin jugar.
Increíble, desmedida y fuera de lugar, así se puede calificar, resumidamente, el comportamiento de Zverev durante la noche de Acapulco. Vamos por partes para relatar los hechos que suscitaron el agresivo comportamiento del jugador germano.
El cotejo estaba en la parte final del desarrollo, Sascha y Melo estaban abajo 8-6 en el super-tiebreak frente a Harry Heliovaara (DB 55°) y Lloyd Glasspool (DB 69°), cuando una derecha del finlandés se va claramente afuera ancha y el umpire la da por buena, decisión que dejaba al nórdico y al británico con triple match point, concretado en el siguiente punto. Melo se dirigió a hablar con el árbitro mientras que el teutón comenzó a gesticular, a gritar y a proferir insultos hacia el italiano. Una vez consumada la derrota, Zverev descargó su ira e impotencia en forma desmedida ante el estupor de todos los presentes, y el miedo del Germani.
Fin del periplo del oriundo de Hamburgo por el torneo que lo vio campeón el año pasado. Las autoridades del ATP 500 de Acapulco obraron rápidamente y lo descalificaron del certamen, sin titubear. Zverev había debutado con éxito en la jornada inaugural venciendo, cerca de las 5hs de la madrugada del martes, al estadounidense Jenson Brooksby (47°) en tres sets.
Vendrán tiempos de reflexión para el competidor de 25 años, a pesar de tener razón en el reclamo deberá medir sus impulsos ante alguna injusticia arbitral. Su conducta en Acapulco fue mucho más que antideportiva y pagó los costos, más allá de lo económico.