El caso del CSKA de Moscú es uno de varios episodios que vivió la antigua Unión Soviética y que por increíble que esto parezca, todavía siguen arrastrando viejas costumbres o están ligados a la vida política de Rusia, aunque no de la misma forma en la que llegaron a estar durante el régimen comunista.
El CSKA de Moscú nació gracias a un grupo de jóvenes que principalmente practicaban el esquí, aunque posteriormente el fútbol fue ganando un espacio muy importante hasta que con la reorganización del régimen de la Unión Soviética llegó a ser el equipó más poderoso pues no solo contaba con un club de fútbol, era un polideportivo que tenía como sus brazos más fuertes al básquetbol y desde luego el fútbol y que durante los años más fuertes del régimen, fue utilizado como ‘captador’ de talentos, aunque que en realidad reclutaban soldados bajo el concepto de tener grandes condiciones para desarrollar ciertos deportes.
Al CSKA, se le conoce como el club de los caballos porque durante esta época, la equitación también era uno de los puntos fuertes pero detrás de eso, varios de los deportistas reclutados iban directamente a la caballería y perfeccionar estrategias militares.
En ese sentido, el CSKA tenía un poder único dentro de la liga de la antigua URSS pues podía contratar a cuanto futbolista quisiera, todo gracias a una ley que les permitía tener ese ‘privilegio’: Todo ciudadano soviético puede ser reclutado para ser militarizado, una forma con la que prácticamente sacaba de competencia a los demás equipos, excepto al Dinamo de Moscú, del que ya tocaremos también su historia líneas más abajo.
Sin embargo, dentro de su historia también tiene algunas caídas que fueron muy duras no solo deportivamente, sino para la imagen del ejército rojo pues en 1936, el CSKA de Moscú, descendió a Segunda División pero gracias al poder que gozaba evitaron a toda costa que perdiera la categoría y propusieron que se aumentara el número de equipos y así evitar el papelón de un descenso bajo el mando del régimen y todo lo que esto representaba.
Durante años fue un equipo que estuvo bajo sospecha, resultados bajo la lupa y títulos ganados no siempre de la mejor manera, aunque es verdad que ya en los últimos años de la Unión Soviética también fue base de la selección nacional.
Con la desintegración de la URSS, también se acabó esa liga y el CSKA fue el último equipo campeón bajo esa liga pero luego de muchos años de opulencia económica y deportiva y de tener a su lado al ejército, el equipo fue perdiendo fuerza, su estatus de club poderoso y las vitrinas se fueron quedando sin títulos, así como las cuentas empezaron a agobiar la economía a tal punto de casi llegar a la quiebra hasta que en el 2009, la empresa Sibneft, una petrolera propiedad en un alto porcentaje de Roman Abramovich (sí, el mismo que hoy tiene a la venta al Chelsea), entró al rescate del CSKA
CSKA de Moscú y Dinamo, los equipos favorecidos por el régimen
El otro equipo que también gozó durante décadas del poder a costa de los demás, fue el Dinamo de Moscú, era el equipo del Ministerio Interior y también de la policía
En el 2016 ya bajo el nombre de la Premier League de Rusia, el Dinamo descendió por primera vez en toda su historia, era un golpe duro para el club pero también fue un hecho que recordó sus años bajo el amparo de la policía en los que un descenso hubiera sido evitado a toda costa.
Hoy el Dinamo sigue arrastrando los fantasmas del régimen y aunque actualmente es administrado por un banco muy poderoso, los hinchas de los equipos rivales le recuerdan su oscuro pasado cada fin de semana.
Por último, hoy tanto el CSKA como el Dinamo están a la espera de que termine el conflicto armado y también en incertidumbre ante la salida de varios jugadores de sus respectivos planteles luego de la invasión a Ucrania pues están en contra de las acciones de Vladimir Putin además de saber su histórico vínculo con el ejército y la policía rusa.